Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

jueves, 18 de febrero de 2010

Cine v.s literatura




Sherlock Holmes Cinematográfico vs. Sherlock Holmes literario


Mundos fantásticos se encuentran en las frases de un libro. Son como un activador de la imaginación que pretende hacer vivir al lector experiencias insospechadas. Se hace uso de la razón pero también se cree en lo imposible, en aquello que sólo puede materializarse en las mentes de quienes se atreven a leer un libro. Y es que sería muy difícil comparar una obra literaria con una obra cinematográfica; el cine está hecho para los sentidos, para que los ojos se asombren, para que el cuerpo vibre con las emociones, para que el oído se deleite. Y más si se habla del cine de Hollywood, ese maravilloso escenario de efectos especiales, de historias dramáticas, de comedias ligeras y de aventuras de grandes personajes a los que llamamos héroes.

Así que por qué decir que el Sherlock Holmes de Doyle es mejor que el que nos muestra la película de Ritchie. Cada uno tiene en la construcción de su personalidad ciertas similitudes y ciertas diferencias; el que está hecho para ver es más bien pintoresco, rebujado, irritante, muchas veces acompañado de la suerte, cómico e indescifrable. El que está hecho para imaginar es analítico, serio, reservado, distinguido, excéntrico y respetado, aunque también en algunas partes se precisa que el desorden es su guarida, un desorden que el comprende, un desorden que para él es un orden. Es deductivo y observador, ningún indicio se le escapa. El Sherlock Holmes de los libros enfoca sus conocimientos a ciertos temas como la química, la literatura, la música y por qué no el comportamiento humano, deduce cosas siempre usando la lógica. El del cine parece saber de todo, es como una especie de genio multifacético que aplica sus conocimientos a la vida del espionaje, disfruta haciéndolo y nada lo detiene, ni siquiera un gigante de casi 3 metros que lo persigue en cierta parte de la película. Se muestra también aquí que parte de su conocimiento es empírico o experimental, viene de la práctica y de su posterior análisis con los acontecimientos.

Watson el médico, en la obra literaria es un gran amigo de Holmes de muchos años atrás, más no por eso el famoso detective le confía su salud. Según él, no está suficientemente preparado para ciertos diagnósticos de la medicina ni tiene la suficiente experiencia. Además es uno de los que sigue y relata fielmente las hazañas de su amigo. Sin embargo en el cine, los dos son un dúo dinámico, casi como Batman y Robin, son más bien compañeros de aventuras, ya que la obra cinematográfica es muy dada a la acción y a lo espectacular. El médico siempre centrado, ordenado, fino y poco arriesgado, no tiene voluntad propia y se le hace difícil no seguirle los pasos a Holmes.

Las mujeres también se hacen presentes en la vida de Sherlock Holmes. Irene Adler figura en las historias del detective como “La Mujer”; inteligencia deslumbrante, con el poder del engaño y un respeto atribuido por ser digna adversaria del ingenio del detective. En el campo cinematográfico la imagen de esa mujer decidida, arriesgada, engañosa y calculadora se ve envuelta o afectada por el típico perfil de damisela en apuros que espera a ser rescatada por el héroe de la película. Se muestra más sumisa y débil, guiada por las emociones y no por la razón. No es ella quien decide, se convierte en un peón del mal para luego arrepentirse y unirse al bando de los buenos.

La maldad siempre va a existir. Por eso en historias donde hay buenos también tiene que haber malos o sino qué sentido tendría. Pienso a nivel más personal que la literatura tal vez y en especial los personajes de los libros y los cuentos de Sherlock Holmes se dan el lujo de tener diferentes matices, es decir, no se les podría encasillar fácilmente como los malos o los indignos, sino que son humanos que de acuerdo a las circunstancias que se les presentan, reaccionan de determinada manera, pero que tienen tendencias hacia lo prohibido o lo oscuro. Mientras que en el relato cinematográfico sí se marca notoriamente quienes son los villanos. Rituales satánicos, capaz oscuras, tez blanca y pálida, facciones fuertes y aterradoras, voces guturales y atribución de supuestas actividades paranormales afirman dicho concepto. Se pierden los matices y los personajes se clasifican en el bando de los héroes o en el bando de los villanos, como es el caso de Lord Blackwood

Por eso es oportuno afirmar que las dos experiencias son completamente distintas e igualmente enriquecedoras; un libro de Sherlock Holmes generará impacto desde la minuciosa descripción de los personajes y de los escenarios, hará preguntarse a los lectores ¿quién será Sherlock Holmes? ¿Por qué sabrá tanto? ¿Cómo será físicamente? ¿Cómo serán los demás personajes? ¿Cómo hizo Holmes para sacar ese tipo de conclusiones? ¿Cómo será su casa? Y seguramente cada lector va a generar mundos totalmente distintos partiendo de una misma historia. En cambio a la hora de ver una película podrían surgir diferentes inquietudes, por ejemplo ¿Cómo hicieron esa explosión? ¿Será que Sherlock Holmes si se parece a Robert Downey Jr? ¿Cómo habrán recreado esa época?, sería un único mundo exhibido a millones de espectadores y con una interpretación audiovisual predominante.

Mientras un libro le da alas a nuestra imaginación, el cine le regala una experiencia única a nuestros sentidos…así que para qué elegir uno, cuando se pueden encontrar infinitas posibilidades en una misma historia y contada de distintas maneras.


David Gómez

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