Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

miércoles, 24 de febrero de 2010

CRUXIFICIÓN-EL TEMOR A LA SOLEDAD.


Te despiertas sin ver a nadie, en un lugar vacío, no hay nadie con quien hablar, no hay nada que comer, no hay donde bañarte, con la misma de ropa de siempre piensas que puedes hacer para cambiar esto...¿porque Dios me hace esto?...¿que hice para merecer esto?...sales a las calles y la gente te rechaza, sos una persona distinta a la sociedad, ¿pero porque nadie me ayuda?, te preguntas en un estado de desesperanza...vas en busca de comida, en las basuras de la ciudad, porque el hambre es infinita, en donde los ricos desperdician gran cantidad de comida sin importarles nada, comes de esa comida y te sabe a gloria, la gente te ve con lastima pero no hace nada para ayudarte, los grandes restaurantes se preocupan por sus utilidades y desperdician día tras día infinidad de comida...el día se te hace eterno, el hambre vuelve y toma su lugar, te recorres toda la ciudad en busca de dinero, para así poderte comprar un pedazo de pan, la gente no te ayuda, te mira feo, piensa que las vas a robar, ¿pero porque la sociedad es así?. Caminas mirando la noche buscando un lugar donde dormir, cae la lluvia y el frío te congela, tiemblas mojado hasta la ultima prenda de tu ropa, lloras y gritas, pero nadie te ayuda, estas solo en el mundo, con frío y hambre, mirando las casas a tu alrededor, como la gente comparte en familia, comiendo en familia y en una cama donde les da calor, lloras y te sientes mas solo...tu vida es una cruz que tienes que cargar día tras día, luchando en las calles por un pedazo de pan y como la gente no te ayuda y la sociedad te mira como una persona que no existes, te toca robar y drogarte para calmar el hambre y ya se te vuelve en una costumbre, te vuelves un desechable, un indigente de la sociedad, ¿pero porque me volví así?, te preguntas, tal ves por la falta de ayuda y por la discriminación de la sociedad...quieres cambiar pero no me puedes, ya la droga se volvió parte de ti, ya robar es costumbre porque tienes que comer para sobrevivir...te mueres cada día, te ves peor cada día, quieres ser otra persona, le pides a Dios que te ayude...sales a caminar por las calles y te sientes triste, solo, desesperado y vas hasta un puente y piensas, ¿para que vivir mas?, ¿para que sufrir mas?, y te lanzas sin importarte nada, te pasa todo por un segundo y en una voz que te dice, hijo mío aquí te espero con los brazos abiertos...

Por: Esteban Vásquez R.

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