Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

sábado, 27 de febrero de 2010

SHERLOCK HOLMES




Arte, en palabras o en imágenes; narraciones que pueden apreciarse con la imaginación o con los ojos, con sonidos que llegan de los más profundos pensamientos del imaginario o de las más retumbantes vibraciones que puede percibir el oído; aunque diferentes, el cine y la literatura están ligados por un mismo fin: Contar una historia, representar algunos personajes, causar emociones en el espectador o el lector, desarrollar una idea; y esto se hace evidente al hacer una comparación o más que una comparación, al intentar establecer cuál es la pequeña línea divisoria que separa a los personajes de los cuentos de Sherlock Holmes y a los personajes de la película del mismo.







Podría decirse en primera instancia que, por lo menos, en lo que respecta a los cuentos, no hay una clara identidad física de uno de los personajes principales: Sherlock Holmes, lo que puede constituir un atrevimiento a la hora de caracterizarlo en el cine, pero no es su físico lo realmente importante, sino su modo de ver el mundo, de percibir los problemas, de enfrentar la duda, y por supuesto de formular las preguntas y esclarecer las pistas; aspectos que ciertamente se perciben muy similares desde la literatura y el cine, aunque con algunos agregados desde la cinematografía, como el instintivo y agudo sentido del olfato del inspector Sherlock Holmes, algo que en la literatura no se identifica como un rasgo específico, y se le da mayor importancia a su gran capacidad intelectual. Así mismo, al comparar ambos personajes (Sherlock Holmes en la literatura y Sherlock Holmes en la cinematografía), que finalmente son uno mismo, es evidente que en el cine magnifican las habilidades del inspector, recreando con imágenes sus pensamientos, de manera que nos hacen ver lo que el mismo Holmes esta construyendo en su mente cuando logra atar los cabos correctos y descifrar el misterio, lo que lo hace ver como un hombre místico, genio, ávido de preguntas y respuestas que le llegan sin demasiado esfuerzo, únicamente usando su capacidad instintiva de descubrir; no muy lejano de este personaje, se vislumbra el Sherlock Holmes de la literatura, aunque su evidente ingenio se nos expone de un modo más racional, menos acelerado, y se puede ver un hombre más calmado, de preguntas claves, que indiscutiblemente mantiene en su mente una cantidad de sucesos por recordar que lo ayudan en sus diferentes búsquedas a descubrir la verdad, el error, el misterio, el crimen, o aquello que se pretende hallar. En definitiva, un personaje encantador, en el cine o en la literatura, el inspector Sherlock Holmes nos inquieta con su rapidez mental, con su gran capacidad de observar hasta los más mínimos detalles, que finalmente son la clave de su ingenio y su triunfo para entender los acontecimientos. Bien sea el Sherlock Holmes de Guy Ritchie o el Sherlock Holmes de Conan Doyle, ambos nos hacen sentir un gusto exquisito por el misterio, ambos logran atrapar al espectador o al lector, respectivamente, en el interés bien disimulado del personaje por entender cada caso; ambos nos sorprenden con su brillantez mental, con su desequilibrada emocionalidad, con sus rasgos que distan del común de la sociedad.










Es necesario, además, hacer hincapié en un relevante rasgo que diferencia los cuentos de Sherlock Holmes de la película, y es el narrador, que en los cuentos es el amigo y compañero de casos: Watson, al contrario de la película donde no hay un narrador explícito y de haberlo, sería el mismo Sherlock Holmes, que a través de sus pensamientos en flash back o en feed back (Retrospectiva y hacia el futuro) está, permanentemente, atando los hilos narrativos de la historia, lo que lo convertiría en un narrador homodiegético.

En conclusión, es posible enfatizar, que a pesar de las diferencias entre el personaje Sherlock Holmes de la literatura y el del cine, en cuanto a su modo de mostrarlo al espectador y lector, finalmente mantienen la misma esencia y la misma capacidad de asombrar y encantar a quien esta viendo o leyendo los relatos acerca de los sucesos extraños que ha de investigar y esclarecer; aunque cabe destacar que siempre quienes han seguido un personaje desde la literatura, encontrarán vacios en su representación cinematográfica, porque se han enamorado del personaje que cada uno ha representado en su imaginación y quizá por ello no logren verlo idéntico en la representación cinematográfica, que, tal como se plantea al principio, siempre constituirá un atrevimiento en cuanto a la dotación de un estilo, unos rasgos físicos, y una manera de hablar de cualquier personaje que se haya extraído de la literatura.












SARA CARMONA BOTERO









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