Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

domingo, 28 de febrero de 2010

SIR ARTHUR CONAN DOYLE VS. GUY RITCHIE

En los últimos años la tarea de recrear la literatura en el cine ha sido un tema de amplios debates, debido a la fidelidad que reflejan las historias contadas en la gran pantalla y las que originalmente fueron concebidas por sus autores. La adaptación de las aventuras Sherlock Holmes al séptimo arte no es la excepción, ya que se mantienen los personajes pero varían muchos elementos de estos que los hacen ver diferente, esto seguramente con el fin de atrapar mejor a un público que está permeado constantemente por la ciencia ficción y la acción.

Al leer las aventuras escritas por Sir Arthur Conan Doyle se percibe un Sherlock Holmes calculador e inteligente, que persigue los casos y el misterio basado en su intuición y las pistas recolectadas en los hechos. A primera vista se podría imaginar a S. Holmes con rasgos muy europeos, con una tez blanca y fina, delgado como lo precisa el narrador omnisciente John Watson en algunas de sus descripciones y también podría ser un hombre de avanzada edad lo que explicaría también su amplio conocimiento. Pero muy alejado de esta imagen nos lo presenta Guy Ritchie, ese imaginario creado además por las representaciones que se han hecho también de S.H durante años lo desplaza por completo el personaje representado por Robert Downey Jr. Este gran detective se convierte en alguien más humano y viciado por lo terrenal, hasta parece ser más débil que el mismo Watson, toda esa pulcritud con la cual se imaginaba a este personaje desaparece en la película. Vicios como las apuestas, la pelea callejera y su extraña dependencia hacia Watson desnudan a este personaje al punto de cometer torpezas al hablar son dejar de lado el tono satírico, dominante y decidido que lo caracteriza. El ingenio frente al misterio, su capacidad para resolver los casos propuestos por sus clientes y esa gran elocuencia con sus palabras siguen vigentes y generan una conexión de admiración del espectador frente al personaje.

El compañero inseparable del protagonista, John Watson representado por Jude Law, también sufre un cambio radical y relevante, deja de ser el perro faldero, sumiso y obediente de Holmes para mostrarse con un carácter definido y capaz de enfrentarse a la adversidades, sigue estando muy influenciado por las decisiones de su gran amigo pero persuade a Holmes con muchas de ellas, pareciera que Watson pasa a tener un papel casi paternal con el mismo protagonista y que Holmes dependiera de ello. Este punto en particular es sustancialmente alejado de la historia de Sir Arthur Conan Doyle, pero que le permite al personaje tener mayor protagonismo en la historia, partiendo de que una de las tramas conductoras es el matrimonio del mismo Watson. Ciertamente con respecto a la caracterización realizada por Jude Law, se esperaba un Watson no tan joven, no tan apuesto quizás, pero era necesario para realizar las hazañas de la película y que estas fueran más verosímiles.

Guy Ritchie pudo conciliar entre la literatura y las demandas actuales del cine comercial, fusiona lo elemental y llamativo de los personajes, pero los refresca con nuevas situaciones y actitudes, sin dejar de lado el manejo de los recursos narrativos como la cámara lenta y los efectos especiales. Una narrativa que ciertamente obedece a hacerle justicia a Hollywood y siguiendo esta línea incorpora muchas escenas de acción, donde de nuevo nos sorprenden Holmes y Watson empuñando armas o defendiéndose magistralmente en las peleas cuerpo a cuerpo, algo que nunca se hubiera pasado por las mentes de los lectores de Conan Doyle. Este aspecto es un plus contemporáneo del cine comercial que busca generar muchas sensaciones en el espectador, ratificando la estereotipada imagen del Super Héroe y su secuaz.

Las historias clásicas de Sherlock Holmes y John Watson son deformadas al llevarlas al cine, pero gracias al criterio del Director Guy Ritchie , tienen un buen manejo y descenlace dentro de la historia y requerimientos contemporáneos. Simplemente Ritchie y Conan Doyle concibieron sus historias para escenarios y momentos distintos pero en escencia no se pierde el perpicaz e ingenioso Sherlock Holmes.



ANA MARÍA MENDOZA PELÁEZ

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