Iba cada ocho días, visitaba su lugar favorito con los ojos cerrados, como si mirar fuera un insulto a la arquitectura del lugar; anhelaba con ansias los días de su viaje, los lunes o lo jueves... Ya no iba cada ocho días, viajaba cuantas veces podía, se lanzaba al vacio para poder llegar a su adorado precipicio; algunas veces afanaba el paso, otras tantas sucumbía en una lentitud arrítmica, pero siempre se escapaba el tiempo, con sus ojos cerrados nunca sabía si el sol había cambiado, y aun así seguía anhelando sus días de viaje, viaje húmedo o cálido, viaje corto o viaje largo, viaje lento o callado o perdido o empapado, viaje a ninguna parte.
Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"
Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll
Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll
sábado, 27 de febrero de 2010
VIAJE AL SEXO
Iba cada ocho días, visitaba su lugar favorito con los ojos cerrados, como si mirar fuera un insulto a la arquitectura del lugar; anhelaba con ansias los días de su viaje, los lunes o lo jueves... Ya no iba cada ocho días, viajaba cuantas veces podía, se lanzaba al vacio para poder llegar a su adorado precipicio; algunas veces afanaba el paso, otras tantas sucumbía en una lentitud arrítmica, pero siempre se escapaba el tiempo, con sus ojos cerrados nunca sabía si el sol había cambiado, y aun así seguía anhelando sus días de viaje, viaje húmedo o cálido, viaje corto o viaje largo, viaje lento o callado o perdido o empapado, viaje a ninguna parte.
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