CULTURA

Son tardes de lluvia pero culturales, qué más da, nos encontrábamos allá, en medio del frio y de la poca gente que aún gusta de los temas tecnológicos y del desarrollo de la ciudad. La gente se sentía en su “salsa”, su gusta por lo que escuchaban se veía en sus rostros, con la boca abierta y el cuerpo inclinado hacia delante, claro estado de atención profundo.

Nos sentamos en la última banca, fue difícil concentrarnos porque cuando llegamos el expositor ya había empezado, por lo tanto y para ser clara no entendimos nada. Se hizo un registro del lugar y de la gente, nos tomamos el tiempo de pasar por cada uno de los puestos ubicados alrededor de las sillas y del escenario, me encantó sentir y ver cómo se puede mezclar guarapo con crispetas mientras miras unas cuantas camisetas y escuchas, en voz en off, a alguien que habla del crecimiento tecnológico y culturas que he tenido e irá a tener la Cuidad de Medellín. Me gustó como mezclaron todos esos espacios y en uno sólo.

El Orquidiograma es un espacio hermoso, donde no frecuento ir, pero cada vez que voy ciento que es un punto de encuentro con amistades que hasta ese entonces no había vuelto a ver, esta vez fue con la presentador, una amiga del colegio que es casi imposible de localizar, cuando la vi allá montada en el escenario me dio una alegría enorme, ella sabe lo que quiere y lo hace muy bien. Catalina Arroyabe es su nombre. Mejor presentador no hay.

Terminó la conferencia, tomamos las fotos y nos despedimos, me gustó el espacio, me gustó la mezcla y me gustó mucha como los paisas se están “untando” de cultura.