Y después de nueve años, como salida del cascarón, en algún lugar al descolgar la montaña, nace una pequeña con pensamientos de grande.
Desde siempre sensible y delicada, malgeniada e incrédula, pero haciendo alarde a sus raíces de nobleza.
De familia no muy pobre, pero donde el dinero nunca sobra y si de conseguir se trata, sus esfuerzos y los de papa, mama, hermano y hasta una tía soltera, no se hacen esperar.
Consentida a morir, mimada, pero de mano firme cuando de elegir se trata a quien a su lado quiere tener, sus amigos son selectos no en su forma de vestir, solo quiere ver ellos lo sincero en su vivir, que no aparenten ser odiosos y envidiosos ni decir; por eso los amigos no le abundan, hoy solo cuenta con tres, si los tiene los disfruta en el baile y la furrusca.
Del amor enamorada, tiene un novio que lo ama, de aventuras alocadas, pues sin duda es su romeo al que Julieta se entrega en pasiones desbocadas, como complemento el hombre con quien sus metas plantea.
Profesional acreditada, inteligente y sumisa, de proyectos caminando y en el pensamiento rodando. Lo que nunca ha imaginado, exitosa en muchos casos y de madre moldeando, lo que con esfuerzos ha logrado.
Sus pequeños son consientes que en la vida se trasciende con talento y con firmeza y con voluntad se asciende.
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