Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

martes, 17 de agosto de 2010

..... #8

… Día a día en el mismo columpio, en el mismo parque y frente al mismo balcón, espera Juan sentado a que en medio del vaivén de su columpio aparezca tras la cortina de ese excitante balcón, la sombra desnuda de esa provocativa mujer que le produce sensaciones eyaculantes sobre el columpio aquel.

Un viernes cualquiera, Juan se dirige al columpio y enciende un cigarro, ese cigarro que será testigo de su sensación, sensación odiada por ficticia pero amada por real.

En medio de su espera Juan se queda dormido, mientras la silueta aquella aparece entre las transparentes cortinas, dejando ver su desnudez insinuante, desnudez que no pretende dejar pasar un día mas en espera de sensación, sensación que se anhela mientras el desconocido del parque, ese mismo que eyacula en el columpio gracias a su seductora presencia hace que ella espere que ese interesante sujeto al que le muestra su cuerpo reemplace ese vibrador que hace posible la explosión de sensaciones que este sujeto le hace sentir.

Ella al verlo profundamente dormido decide actuar, en instantes justo en el lugar del cigarro aterriza un avión de papel; Juan despierta, recoge aquel misterioso avión y luego de mirarlo se dirige a la puerta, esa puerta a la cual indico el avión al decir: “Te espero en la puerta , no habrá balcón, ni habrá cortina, seremos reales”.

1 comentario:

  1. me encantó, relee y dale mas ritmo con comas y puntos, al final no es "ni habrá cortina"?

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