Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

lunes, 16 de agosto de 2010

Viaje al sexo (4)

Miles de millones de sensaciones se hacen egoístas en un momento efímero de mi sucio instante de la conciencia. No puedo negar que ya tengo un camino mercado cuando recuerdo aquella palabra de cuatro fonemas, no puedo sentirme morboso de aquello que aceita la mente de un ser imperfecto e insaciable. Tal vez podríamos llegar a tierras desconocidas, mares de fuego, o a cocinas con restos de comida y platos sucios, y siempre nos encontraríamos en un viaje de nunca acabar. Así como los niños que no se cansan de lo mismo, así como los rituales que trascienden a la moda. Ese viaje que no tiene un destino fijo mas que la lejanía de lo común, que los kilómetros de distancia y las tantas horas que tardarías al llegar a el. Es un viaje, un viaje sin mirar atrás y de apuntar adelante. Un viaje de montañas y ríos, de ciudades y selvas, al cual el pedazo de muerte se lleva el mejor de los tormentos caprichosos y los alaridos de rabia, mierda y cuchara que se flamean en vientos de roca y agua. Es un viaje para disfrutar de el, de lo que se presenta y de los paisajes que la metralla de los necios nos cubren y nos censuran.

1 comentario:

  1. Me parece que puedes desarrollarlo más, con las misma ideas, con pausas y con giros, inténtalo

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