Fin del viaje (14)

Esta noche estuvo llena de tormentos de lo que fue, un pasado que por más que trata de cicatrizar no lo hace, sigue abierto sin sanar, aun así también recordé aquella noche, única, por lo que viví y porque no te volví a ver desde aquel día, pues como olvidar aquel momento, el más desmedido de nuestra relación, la cumbre final de aquel trágica pero intensa relación.

Aquel 12 de enero fue el día en el que el viaje terminó, era muy difícil contener mis propios latidos, mi respiración me ahogaba, estaba tan extasiado. Allí estaba aquel ángel perverso frente a m, seduciéndome y yo seduciéndola, deje de soñar con musas ajenas; aquel ser que tenía delante de mí llegó a ser lo que más quise. Mis venas parecían reventar, mi sangre empezaba a quemarme, nunca antes había sentido algo tan abrumador. Un beso fue la puerta para tenerte y hacerte mía y entregarme sin más a ese viaje tan eterno, más intenso que la vida. Te comencé a desnudar lentamente, entregándote besos tan profundos que hacían que el tiempo se dilatara, no era consciente de nada mas que no fuéramos los dos. Cada vez me arrollaba mas tu olor, tu cuerpo, tu piel tan sedosa, así que seguí y conforme avanzaba era más agudo el deseo, una llamarada que se apoderaba de mí. Caímos y allí tu me despojaste de lo que tenia y yo a ti hasta quedar los dos desnudos. Ya parar era imposible, estábamos poseídos por nuestro apetito, la consciencia sobraba porque había algo mas allá, y te tuve, me apodere de ti y tu de mi.

Extasiado quise tanto que las sombras nos cubrieran y poder estar con tigo en ese mundo sin que la realidad me despertara abruptamente, sin darme apenas tiempo de reaccionar, pero te fuiste.

Aquel día ese sentimiento que une irracionalmente a dos seres humanos hizo que nunca pudiera olvidarla, aquel acto en su eternidad fue fugaz porque se ha esfumado en el tiempo, pero en la memoria permanecerá grabado por siempre