Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

domingo, 22 de agosto de 2010

NOVELA capítulo 3 continuar

CAPITULO 3

Para Rodrigo el día comienza con desgano, nada quiere saber de lo que sucede a su alrededor, solo el ruido de los carros le devuelven a esta ciudad polucionada y maltrecha. Amaneció con deseos de patear al mundo, hastiado de todo o casi todo, nada le provoca, nada le inspira en estos espacios y estas calles repletas de miserias no manifiestas.

Gente mal vestida, inmundos olores pululando por los rincones, desagradables pintas recorren las vitrinas, modas trasnochadas y desempolvadas, pésimo gusto, cero tacto, en fin, lo primaveral ya no se ve por ningún lado.

Llama un loca energúmena y lo putea por el celular, vocifera que le incumplió una cita donde ella lanzaría a los cuatro vientos los malos manejos y el abuso a los que son sometidos los artistas en esta ciudad tan educada, y para soportar las posibles diatribas y respuestas llamó a varios escuderos para esconderse, pero parece que ninguno de ellos le cumplió y el único que estaba a mano, es decir Rodrigo, fue vapuleado verbalmente.

Ella se olvida que ahora, “CABALLEROS” solo quedan a la entrada de los baños, donde dice: DAMAS Y CABALLEROS.

Esto también lo indispone más de lo que estaba, el calor en la frente y en la cabeza aumentan, se disculpa en la fiebre y en los síntomas de gripa o resfrío que tiene, pero la verraquera y el sentirse ultrajado lo deja de una sola pieza.

Las palabras que le dijo la mujer en el celular se repiten en su cerebro: ¡Sos un hijueputa!

¡Me usaste!, se repiten y se repiten.

Solo y para no sentirse peor le timbra a su mejor amigo y le cuenta a Gabriel lo que sucedió y se repite: ¡malparida!

Él le dice: ella suele desequilibrarse, y es muy volátil.

Rodrigo solo vuelve y repite …¡malparida!

Dejando de lado a la malparida y su terapia de choque, se dispone a establecer contacto con el más acá, es decir con este mundo, comienza a buscar, en su morral, lo que va a leer en la tertulia y los posibles temas para exponer en el encuentro con los jóvenes escritores y soñadores.

Piensa que son especies en vía de extinción y que cada vez se encuentran menos, tanto es así, que algunos amigos suyos, están diciendo que eso, es un mito o forma parte de la literatura fantástica.

Al llegar nota que los ojos claros amarillos de Camila tienen un toque de tristeza, eso también lo pone mal, el brillo en su mirada, la de ella, no es el mismo al de otros momentos, su sonrisa está apagada, y eso lo hacen sentir peor. Quiere salir corriendo a abrazarla, a mimarla, pero se siente sin energías.

Pero ella le dice: me tengo que ir, llámame. Y parte loma abajo.

Recuerda que no desayunó y ya tiene hambre, quiere almorzar, quiere sentarse en un restaurante y esperar a que el tiempo pase y sea la hora de irse, como cosa curiosa quiere ver llover, quiere lluvia…y más lluvia, pues cree que sería el camuflaje perfecto para poder llorar. (Josué)

LLorar, comer, llover... ya parecía en una película a blanco y negro, donde al final el protagonista se encuentra con su amor y son felices ( quien sabe si para siempre).

Es una mierda! de que diablos va hablar, como les va a dar energía y animos a esos jovenes; de donde va a sacar las palabras suficientes para hacerlo si ni siquiera las tiene para él.

"No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. si el hombre vive es por que cree en algo." no, no;

"Se trata de una cuestión de disciplina" no, tampoco;

"Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas." maldita sea...

Se para frente a todos, queda estupefacto, como si el alma se la hubiera llevado, la malparida o camila o la lluvia o la comida; solo quiere llorar, llorar, llorar; salir corriendo a su casa donde esta su mamá, como lo hacía cuando era pequeño, pero ya no es pequeño, ya no es su casa, ya no esta su mamá... VA A DECIR LO PRIMERO QUE SE LE VINO A LA CABEZA, LA CAGO, LA CAGO, ES UNA GUEVA...

El pensamiento va por las venas, por la sangre; no es de la cabeza; no se razona, se siente, se siente...

La gente lo mira, el piensa que cada una de esas personas intentan decifrar lo que pasa por su cabeza mirandolo fijamente; se pone unas gafas negras y se sienta; "que va lo que necesitan es una dosis de realidad, que aterricen para que la ciudad y el mundo no se los trague vivos" les debería de decir eso; pero las caras de esos jovenes insignificantes, intelectualoides no se lo permitian, al parecer todavía tenía un poco de humanidad por allá adentro; no queria arruinar su esperanza de vida tan joven, iba esperar por lo menos a que mudaran dientes para hacerlo.

El joven flacucho de la dereche alza la mano; no esta seguro, se acomoda las gafas, juega con las cargaderas y solo espera a que Rodrigo le de la palabra... ((30))


Rodrigo aprovechando sus oscuras gafas mira al flacucho con su mano levantada pero sin girar la cabeza hacia él, el flacucho continua con su mano levantada y ya haciendo movimientos para llamar la atención de Rodrigo, éste sigue mirando al flacucho sin intención alguna de darle la palabra a este soñador que nunca a dado una opinión que lo satisfaga y piensa que si le da la oportunidad de hablar, lo más interesante que se le ocurra sea pedirle permiso para irse al baño a saciar algunas de sus necesidades, continua la riña por quien se cansa primero, Rodrigo de hacerse el que no lo ve, y el flacucho de levantar su mano, el flacucho se para y comienza a moverle ya los dos brazos a Rodrigo como si se despidiera de un auto que se aleja por la desértica carretera con todas tus ilusiones, Rodrigo no puede creerlo y ya los demás soñadores comienzan a mirar la batalla y a susurrar entre ellos, Rodrigo sin mover su cabeza da un paseo circular con sus ojos y observa la situación, recordando que ese flacucho jamás a sido escuchado en clase por nadie, mira uno por uno a los soñadores y recuerda la voz de cada uno pero cae en cuenta que jamás nadie a escuchado el tono de semejante flacucho que lo único que hace es leer en estos encuentros, que no se quita su pequeña tula de la espalda en toda la hora y que además nunca le ha visto una mirada fija a los ojos de ninguno de sus compañeros, eso comienza ha hacer que Rodrigo mueva su cabeza hacia la dirección del flacucho suavemente y en medio del recorrido, Rodrigo recuerda ! sos un hijueputa, y detiene su lento y largo movimiento arrepintiéndose de escuchar a ese flacucho que seguramente lo único que hará será terminar de amargarle esa concepción del mundo tan espantosa que tiene en este día; el flacucho que pensó ya iban a mirarlo se sentó de nuevo, pero apenas sintió semejante frenon por parte de Rodrigo miró por primera vez en estos encuentros a todos sus soñadores compañeros y los vio sonreír por la situación mientras lo miraban, el volteó la mirada hacia Rodrigo, e intentó salir de su pupitre quedándose atascado por sus largas sancas, hizo un poco de fuerza para salir haciendo rechinar todo el salón con el sonido de su silla, Rodrigo observaba toda la situación sin ser observado,los soñadores comenzaban a quitarle la mirada directa al flacucho y a ocultar su risa, y el flacucho logró salir de ese pupitre que tanto tiempo lo mantuvo en el encierro y dio el primer paso dirigiéndose a Rodrigo, Rodrigo seguía mirándolo sin ser mirado, como si hubiera muerto por entre sus oscuras gafas, el flacucho dando el segundo paso lo miraba como si atravesara las ray ban preferidas de Rodrigo, los soñadores se hacían a un lado del camino, Rodrigo comenzó a sentirse un poco inquieto por la situación y pensó en varías opciones de lo que ocurriría en pocos segundos comenzando por la más anelada que era un suave golpe que acariciara sus mejillas y le hiciera olvidar la gris tarde que había tenido, el flacucho daba su tercer paso y los soñadores seguían en primera fila observando el duelo de final de clase, el duelo que hizo interesante esa infinita hora de miradas, Rodrigo no sedía un milímetro la posición de su cabeza, y el flacucho dio el paso que lo hizo llegar al frente de Rodrigo, sin poder hacer que éste lo mirara, Rodrigo pensó por un segundo que debería regalarle la mirada al flacucho ya que sería más fácil para él dar el gran golpe, y así lo hizo, movió su cabeza los dos milímetros que hacían falta, y así su cabeza queda frente a frente con su contrincante, los soñadores seguían muy atentos, el flacucho se agacha y pone su cara totalmente de frente con la de Rodrigo, Rodrigo no tiene ningún cambio en su aspecto, solo espera, el flacucho dirige sus dos manos hacia Rodrigo lentamente, Rodrigo sonríe un poco por la satisfacción de saber que será estrangulado por alguien que tuvo siempre cerca pero nunca escuchó, un soñador arregla sus gafas para presenciar mejor el juicio final de Rodrigo, una soñadora tapa sus ojos y voltea su mirada, el flacucho llega con sus dos manos a las ray ban de Rodrigo, se las levanta y lo mira fijamente... (10)

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