Ella se encuentra en su interior y logra ser tan invisible como el viento tocando hasta el último rincón de lo existente, viajando por todas partes sin restricciones logrando introducirse en cualquier cornisa y obteniendo una gran caricia, así como el viento que puede apagar una vela arde en llamas la madera. Al principio pasa inadvertida recorriendo toda la periferia pero que en cualquier periquete puedo desencadenar un tifón.
Un furor intenso crece bajo las ansias de una sola idea, una voz, una sensación, algo que desde lo más recóndito de nuestro ser, es casi imposible contenerse, a lo lejos sientes la música que palpita fuertemente y un susurro te invita a querer más. Tal vez exista una barrera que entrelace los recónditos lugares inexplorables y que cualquiera quisiera explorar, esas montañas que a medida que aumenta el ritmo se siente el agote de su calor intenso y su largo y extendido rio de cabellos que prometen llegar al tan inesperado oasis.
Bueno , mira la cadencia y el ritmo solo necesita unas comas o unos puntos y aparte
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