Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

viernes, 21 de mayo de 2010

7 Colores es la meta.



Carlos Alejandro Peña.

Un leve y audaz olor que entra por mis conductos nasales, causando un desahogo de lagrimas simples expulsadas por mis rendijas de lince, una asonancia que sincroniza miles, miles y miles de zapatos, conformando el ritmo del disfrute, un destello que viene y va, pero que cada segundo viaja más rápido y crea siluetas en los millares de órganos sudados y displicentes, la atmosfera esta nublada junto a la oscuridad deslumbrante, responsable de elevar a las nubes y recrear el rincón de diablo. Dos hielos, una rodaja de limón con varios tronquillos de sal y el no componente inseparable y aludido por todos, un trago de 7 colores, parece imposible ir a la boca del lobo o al propio rincón del diablo y no consumir ésta mezcla que proyecta los bellos de punta, incitando codiciar el humo cómo si fueran nubes de las más altas montañas nevadas, con total aire central que se torna irrespirable, el ahogo en la abundancia. ¿De qué están hecho los que experimentan todos los días?, ¿Qué clase de pulmones tienen?, en donde los venden?. Solo es una premisa que cae con el pasar de los intentos y fracasos, volar tras un trago de 7 colores es real, encontrar el lugar de aterrizaje es la meta que muchos no cumplen, decidir cuándo actuar en el mundo en que el aire se comparte o en el mundo en donde el humo de los carros crea la atmosfera es la meta, venir acá donde llueve y a los 3 minutos sale un alumbrante sol, caminar sobre una pista plana, es la meta…

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