Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

lunes, 10 de mayo de 2010




HISTORIA DE BAR

La celebración
Pablito, Paolita, Pedrito, Paulinita y Pachito se encuentran a la salida del Callejón, decidiendo entrar o no, al lugar.

Entran, Paulinita se encuentra con la reina de la noche, se abrazan, sonríen y se despiden, el espacio topado de seres, está a reventar; unos bailan, otros hablan, otros toman, se calienta el lugar.

Una melodía retumba, unos toman, otros bailan, unos hablan.
Pablito, Paolita, Pedrito, Paulinita y Pachito, se acoplan, se disponen.
Pachito observa minuciosamente a Paulinita como acciona, Paolita le baila eróticamente a Pedrito, mientras Pablito se queda solo, esperando al acecho. El ambiente se torna tranquilo y agradable.

Paolita, Pedrito y Pablito, salen del lugar en busca de más diversión, mientras Pachito y Paulinita se quedan esperando su turno. Bailan, ríen, gozan.
Toca la banda seleccionada para esa noche, todos están alegres y cómodos.
Vuelven a entrar Paolita, Pedrito y Pablito, se unen al ghetto y retoman la celebración, luego el turno es para Pachito y Paulinita, salen en busca de más regocijo. Los demás disfrutan de la atmosfera.

Surge una dedicatoria de uno de los integrantes de los músicos para la princesa nocturna, ella invadida de amor, le lanza besos y besos. Entran Pachito y Paulinita, y ahí sí, comienza la celebración.

Todos reunidos se intercambian cerveza, ahora no bailan, ni toman, ni hablan; ahora se mueven, cada uno en su tema, en su mundo intentan celebrar. Ya no sonríen, no hablan, no interactúan; solo viene y van miradas, desprecios y 2 cervezas.

Pachito invita a bailar a Paulinita y ella no accede, el lugar sigue en su cuento, en su felicidad, mientras éste quinteto ensimismado con las vibraciones de la música retumbando en sus oídos, intentan celebrar.
Sólo se mueven, se observan y callan.

Paulinita sale del circulo, mientras Pachito sin ella percatarse la sigue, ella divagando se desorienta de su fijo, él la mira cautelosamente, ella se reubica, va a la barra y compra un trago, se devuelve hacia sus compañeros de noche.
Ella toma, Pachito la observa y ella desapercibida disfruta su celebración en la que está. Ahora cada quien, está con su cada cual.

La princesa toca a Paulinita en su hombro, ella introvertida le sonríe y se despiden con un gran beso, Paulinita voltea y sigue en lo que estaba.
Todos se mueven, pero Pablito se queda quieto, alejado del grupo, no hace nada en lo absoluto, solo mira y se queda en silencio.

Ya son las 3:00 am, los bafles están a estallar, los personajes salen del lugar, uno a uno, sin mencionar palabra alguna, se percibe la brisa de la noche, ahora todos conversan y unos discuten.

Pachito se monta en su moto y se marcha, mientras los demás se quedan, deciden sentarse al frente del callejón, en un garaje de una vivienda, Paulinita espontáneamente entrecruza su pierna con Pablito, todos conversan, se miran y mueren a carcajas.

Paolita, se despide y se va, mientras Paulinita se marcha con Pablito en la camioneta rumbo a su casa, mientras Pedrito se queda intacto en el garaje, a la espera de más CELEBRACIÒN.
Mariana Ospina Hoyos.

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