El buen ambiente que se siente en donde hay música que te hace mover, licor que te hace disfrutar, personas con quienes reír y conversar de temas diferentes al estudio y trabajo, en lugar en donde te vas a relajar y a pasarla bien, música fuerte, cervezas extranjeras y para completar la noche del fin de semana llega al lugar una rubia muy linda, zapatos altos, cabello largo y una cara bonita.
Qué bien se veía, que bien se movía, aun sin pararse de su silla, cruzaba sus piernas y acomodaba su cabello, entre los cocteles y el dance hall, como me sonreía, la música se ponía buena y después de bailar muy cerca, difícil contar que paso después de un par de tequilas, como me seducía, como esa ida al bar fue diferente a todas las demás, porque esta rubia, me encanto, y no necesito una manzana envenenada ni un hechizo mágico, todo lo logro cuando se acerco a mi oído y me dijo que lo quería todo conmigo, las sillas, las luces y el sonido de aquel bar se convirtieron en los confidentes de nuestra aventura y al pasar esas 4 horas que se fueron en 4 minutos, se fue sin despedirse, salí del lugar para ver si la encontraba de nuevo, pero se monto rápido a un carro, así se acabo toda la aventura y toda su belleza y todo el licor se me subieron a la cabeza al otro dia.
Daniel Felipe Urrea
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