Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

miércoles, 19 de mayo de 2010

revuelco de tripas en una valla

el 14 de marzo, un dia como este, de salir ha votar por candidatos, de señores con ideas perfectas, programas idoneos y buenos atavios para maquillar sus molduras salidas grasosas, el mismo retoque para cada barrio, a la fuerza con una faja se retiene la grasa, la sangre revuelta con la hierba por el impulso de la grasa, por el poder que se maquilla y se repleta de infulas caritativas. imagen retocada delineada perfecta, buena imagen, buen medio para llegar a los higienicos, la mentira enbadurnada de coloretes y buenas corbatas, todo un señorio de poder, un hombre con los dientes blancos. otra vez, lo mismo de siempre, alguien perfecto para salvarnos de las pestes que se presentan. alguien que promete, el ideal, la salvacion galopando por las modas en cadena, asi va, de voz en voz, tu confias yo confio, uno a uno, no se puede ser nehilista, se vale calmar el hambre, a mi que mi importa, que me embutan pollo y sancocho que yo voto, que me lleven a piscina y me compren arroz chino que yo voto, hagale que me de esas sesenta lukitas por ir ha votar..... repiticion de lo mismo, falsa esperanza enpaquetada por los monopolios, este dia me desconecto... ahhh que buena presentacion, que manera de hablar, y las manos cruzadas limpias y perfecticas. a el solo se le ve en fotos del jet set, fotos iluminadas de blanco por tanta belleza, su hijo es un yupi ya con miles de negocios, 70 pares de zapatos ha de tener su closet, decia bukowski de aquel candidato en una valla, acaso irreflejados en quien nos representa, la conviccion intrinseca para no ver mas alla, breve encanto provocado por el patron, por el estereotipo, por el modelo, por el hastio, por la apatia, por la muerte del sentido cuando los encargados de darlo son los señorios de poder.
edwin campano

No hay comentarios:

Publicar un comentario