Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

lunes, 24 de mayo de 2010

Otro guaro para olvidar esta pena


Dejo mis recuerdos y mis angustias afuera y me acerco a la barra. La penumbra es perfecta, solo ilumina mi rostro una tenue luz proveniente de algún lugar incierto.
“Un aguardiente es lo que quiero”
Enciendo un cigarro mientras medito y pienso. Perdido en los recuerdos me encuentro, no puedo apartarlos aunque haga el intento.
Una espesa cortina de humo sale de mis labios y se filtra en el ambiente, en el bar. En la barra, todos trabajan como hormigas por su comida, es una sincronización perfecta, diferente a lo que es la vida. Siento el guaro bajar por la garganta al ritmo que me llegan todas las penas. El amor es algo barato, un sentimiento gratuito cuyo precio a veces resulta excesivamente caro. Me enamoré un día y aún estoy pagando mi deuda. Una deuda que no consigo ahogar en alcohol, el resultado simplemente es el desgarro del corazón y un hueco profundo en el bolsillo. La música sigue sonando y yo me siento simplificado como el amor, porque el amor nos simplifica a un sólo ser, una sola persona y las simplificaciones siempre tienden a eliminar algún factor del entramado numérico de sentimiento.
¡¡¡¡ Hay que difícil es no volver a verla!!!!
“Otro guaro por favor, pero esta vez doble que aún me quedan muchas cosas por olvidar de ella.”
Juan Rodrigo zapata

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