Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

martes, 12 de octubre de 2010

#8

Septiembre 14 de 2006

Con la cama destendida, los zapatos sin lustrar, el uniforme desplanchado, la cocina sin sabor, en la ducha ya no hay baños con agua sino con sal, esa sal que producen mis ojos diariamente al pensar en el haber dicho que si.

Ahora con ese progenitor-amigo distante solo me queda la voz telefónica y el sábado de encuentro, día de almuerzo de familia, tarde de amigo y en la noche tras ese cuento de hadas vivido entre crucigramas, historias, sonrisas, abrazos, quizá un helado o una oblea hay una despedida que lleva consigo el sin sabor del vacío que dejas.

Ese tan esperado sábado ahora convertido en un rato de viernes en la noche a la luz de las lámparas de un bar, unas cervezas y unos guaros que otros piensan que es esperado por una cuota monetaria pero lo único esperado es esa sonrisa que atraviesa el dolor y me recuerda ese maldito momento donde dije me quedo, y me hace crecer el anhelo de regresar el tiempo y no haberlo dicho.

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