La falta de interés la mantuvo alejada de él por mucho tiempo, al parecer el necesario… como que nunca hubo afán.
Considerado innecesario y problemático al principio, ahora es el motivo de cada fin de semana. Qué graciosa paradoja… cuántas madrugadas no se habrá pasado pensando y desvelándose, quizás martirizándose y torturándose al pensar en cómo sería esa maldita primera vez, tal vez la muerte no era tan horrible después de todo…
Lo único preocupante por ahora es que no existe o no conoce la tan mencionada petit mort. ¿Será su culpa? ¿Será culpa del otro? Agh, tal vez debería dejar de preocuparse tanto y simplemente disfrutar el momento.
Después de haberlo probado se da cuenta de que no es tan horrible como le decían o querían hacer creer en su infame colegio de monjas. Ahora lo preocupante es que la mamá se dé cuenta. Pero...ese asunto también está controlado por el momento.
Viajar, simplemente viajar. ¿A dónde? Pues a todos y a ningún lado. Viajar porque sí, viajar porque quiero con el otro.
interesante
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