Mil cosas han pasado, pero definirlas resulta extraño, aveces pienso en el caos, ese mismo que creo que ha tenido mi vida, pues no ha habido un rumbo definido, todo llega y se va acomodando, almenos era lo que pensaba. Pero más equivocado no he podido estar, siempre he estado en un círculo vicioso, siempre dejando que los demás decidan por mí, esos amigos hipócritas, aquella mujer que me engaño en frente mío, la amante que se convirtió en una obsesión. Pero en lo poco que me hubo quedado de libertad me relegue sobre el arte, y eso fue una salida, una vana salida porque al fin y al cabo seguí con la misma esposa y los mismos amigos.
Pero han quedado buenas cosas, una que otra experiencia digna de perdurar en mi memoria, como cuando tuve sexo con la esposa de mi mejor amigo, pues siempre nos deseamos pero nunca nos lo dijimos. Al fin el se dio cuenta y ahí va una cosa mas para la lista de cosas malas, mi mejor amigo ahora es mi enemigo. Pero no me angustio por eso, al fin al cabo solo he estado siempre.
Al escribir estas cosas siempre se tiene que escoger que decir y la verdad son mil cosas, pero al seleccionar me estoy delatando y la verdad no me gusta aunque es evidente que lo soy, de hecho siempre fue un problema con las mujeres ser tan evidente, pero al fin y al cabo si tuviera que escoger pensaría en cosas trascendentales que quizá ni las sepa definir, por eso es que no las escribo.
Debería haberme ido a vivir a la India, creo que ese era mi camino, ser un monje budista, pero en compensación de no haber dado con el destino que debería haber tenido sino el que me tocó, hoy 25 de septiembre soy infeliz, y creo que esa infelicidad radica en algo que aunque ahora parezca banal es un hecho que me marco para toda la vida, siempre la espere a ella y me negué a ser feliz, esa espera inútil, estúpida y totalmente irracional me tiene aquí escribiendo un recuento de lo que viví para encontrar otro motivo para ser feliz.
Me encanta el texto
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