Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

jueves, 14 de octubre de 2010

Carta a un ser especial (3)

Esta carta está destinada a alguien que me hace inmensamente feliz. Es una carta de agradecimiento por soportarme días y noches durante horas completas, por escuchar mis lamentos y largas horas de chisme, por tener un corazón tan blando que me mima y me arrulla. Si, mi cama me hace excesivamente feliz; me ataja cuando yo quiero, me calienta cuando yo quiero y hasta me hace dormir cuando yo quiero. ¿Qué haría yo sin ti amiga cama? Gracias por los pocos meses que llevamos juntas al lado de nuestro único amigo hombre llamado colchón; hacemos el trio perfecto. Sin ti cama, yo no sería lo que soy, es que no me imagino una sola noche tirada en el piso liso y frio. Yo prefiero tu textura blanda, tu color crema y las cuatro patas con que me sostienes. Definitivamente las camas son hasta mejores que los perros, no ponen problema y ni hay que darles de comer.

Lo triste es cuando cada mañana después de pasar 8 deliciosas horas en un sueño profundo debo tenderte, ver como las cobijas calientitas quedan atrapadas bajo una inmensa colcha. Pobres! Ojala pudieran salir corriendo, como yo cuando me veo en problemas. Y oh problemas los que ha habido sobre esa cama y bajo esas cobijas. Pero eso es otro cuento largo y extenso que posee detalles que solo tú conoces. Por ahora seguiré disfrutando de largos ratos sobre ti, siempre y cuando estés dispuesta a recibirme acompañada. Si lo haces, prometo esforzarme más en la tendida diaria que tanto odio y poco comprendo, ¿para qué vestirte si en solo 16 horas te voy a desvestir de nuevo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario