Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

miércoles, 3 de marzo de 2010

MELANCOLÌA



¿Una pintura secreta, discreta o fresca?
¿Un cuadro saturado o complejo?
¿Un personaje melancólico o pensativo?

El ocaso da cuenta de una gran desesperanza, rodeados de seres, objetos, pensamientos y movimientos.
Miro al horizonte y se percata de una gran función que todavía no se estrena. Mi corto punzante, mi pluma y mis escalones son lo único que tengo para combatirte melancolía.

Un espacio saturado, tres almas cansadas, dos elementos perfectos, una resonancia, un equilibrio, una matemática…Un atardecer.

Calco en mis entrañas la fogosa multitud que se llega a mi gran rebaño. Clavos, madera, corazón.

Quién abrirá mi acertijo?, Quién comprenderá mi ausentismo, Quién descifrará mi ventana?, Quién subirá mis entrañas, Quién ordenará mi melancolía?.

La luz se desvanece, el cielo se oculta, las aguas se calman, mis alas descansan, mi balanza retumba.

Mi secreto lo diré, lo guardaré, eliminaré o lo tiraré?...Lo regaré.

Melancolía, melancolía, melancolía.
Gran inspiración se te apetece.

No se encuentra, no se aqueja, no se observa, no se deja.
Se intenta, se intenta, se intenta…No se alcanza, no se llega.

Mariana Ospina Hoyos

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