Ella lo mira desde su mesa, voltea la cara, se toca el pelo, vuelve y lo mira con detenimiento. Muerde sus labios con cierta sensualidad, locas intenciones tiene su cuerpo. Al parecer él le produce cierto placer; ella juega con su copa, su trago se ha acabado. El reacciona, llama al mesero con un gesto sutil, le pide un trago y lo envía a la mesa de la rubia.
Ella acepta encantada el trago y le alza la copa dando las gracias. Un baile sensual y un guiño de ojo bastan para enloquecer al hombre. Ella sigue mirándolo, no lo descuida, lo sigue a todas partes con sus ojos.
Para él, ella es diferente; rubia, de ropa extravagante y corta, sensual, atractiva, ardiente. Puede llegar a ser la mujer de sus sueños, la mujer de su vida, la que lo hará vibrar todas las noches y la que lo despertará cada mañana. El se siente afortunado, se siente seguro, único y deseado.
Para ella, el es un tipo común, nada atractivo, nada especial, un hombre gordo y poco agraciado. Ella sólo quiere una noche de pasión desbordada con él.
¿Pero entonces qué hace que ella lo desee? Es simple; un carro de lujo, un reloj costoso, ropa suntuosa y una billetera repleta de dólares… Ella sólo quiere una noche de sexo bien pagada.
David Gómez Bedoya
Ella acepta encantada el trago y le alza la copa dando las gracias. Un baile sensual y un guiño de ojo bastan para enloquecer al hombre. Ella sigue mirándolo, no lo descuida, lo sigue a todas partes con sus ojos.
Para él, ella es diferente; rubia, de ropa extravagante y corta, sensual, atractiva, ardiente. Puede llegar a ser la mujer de sus sueños, la mujer de su vida, la que lo hará vibrar todas las noches y la que lo despertará cada mañana. El se siente afortunado, se siente seguro, único y deseado.
Para ella, el es un tipo común, nada atractivo, nada especial, un hombre gordo y poco agraciado. Ella sólo quiere una noche de pasión desbordada con él.
¿Pero entonces qué hace que ella lo desee? Es simple; un carro de lujo, un reloj costoso, ropa suntuosa y una billetera repleta de dólares… Ella sólo quiere una noche de sexo bien pagada.
David Gómez Bedoya
Esta genial me gusta el estilo, al grano y sin rodeos
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