Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

sábado, 26 de febrero de 2011

# 3


El árbol enojado porque le opacaron su hermoso panorama, decidió ahorrar dinero durante largos años, dinero que se le caía a la gente y uno que otro que le llegaba con el viento, su gran aliado. Fue así que consiguió el monto suficiente para pagarle a la Mafia, para hacer un trabajo oscuro, un trabajo sucio, pero que fue la consecuencia para la casita, por haberse ubicado sin permiso en la zona del árbol.


Dejó junto a sus raíces una bolsa con el dinero, esperando que al otro día al despertar el trabajo estuviera hecho. Efectivamente cuando despertó vio la casita triste y enojada, porque había sido in visibilizada para las personas, y así nadie podría habitar en ella; inclusive la horrorizada casa, veía como una joven que días antes pasando por el lugar se quedó admirándola, seguía derecho esta vez, sin importarle que no estuviera.


Eternamente se condenaron, y el árbol cuando no estaba echándole los perros a otras maticas, o tocándoles las raíces, le repetía con gran ironía a la Casita del Horror: Unas por otras Casita.



Por Número 3

1 comentario:

  1. Me encanta la manera de recrear y crear las cosas Buena por esa, una manera distinta de ver, eso es genial

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