Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

viernes, 25 de febrero de 2011

No fue una descripción del Bar

Luego de entrenar con la selección Colombia de rugby y de darme cuenta que todavía no tenía el nivel para estar allí sino para estar con Selección Antioquia, decidí irme para mi casa, darme un buen baño con agua fría y pues sin pensarlo dos veces salir a realizar el trabajo de campo programado, trabajo que parecía haber llegado en el momento que más lo necesitaba.
No quería salir sola y pues aproveche y acepte la invitación de un amigo de la selección que por cierto no veía desde noviembre, todo parecía indicar que sería una noche normal; llegaría al bar observaría con detenimiento cada persona y objeto que allí había y pues obvio, sin descuidar a mi acompañante hablaría con él, sencillamente podía hacer todo ello al mismo tiempo. Já ese era mi pensado cuando iba en el carro con él, pero una cosa piensa uno y otra cosa es la que sucede.
Cuando llegué al lugar, ( por cierto un lugar demasiado agradable para mis oídos y donde no le tengo gritar a la persona que está al lado mío para poder lograr que me escuche, un lugar donde puedo cantar todas las canciones porque me las sé y lo más genial de todo es que no corro el riesgo de que me saquen a bailar) me dí cuenta que estaba un poco lleno, jumm pero lo más extraño era que la gente que allí estaba, les sucedía lo del comercial de Davivienda, estaban en el lugar equivocado y pensé, muy buena observación, ya tengo un muy buen punto de inicio para el trabajo de campo, cuando me disponía a entrar mis ojos se desviaron hacia una mesa que se encontraba en toda la platea y sí, no podía creer lo que estaban viendo mis ojos, allí estaba él ( ese al que en una de las clases de lenguaje y creatividad le escribí para hacer la catarsis de todos los momentos que compartí con él) , já con su camisetica de los Pumas de Argentina, no podía estar más sexy, pero estaba con ella, una joven universitaria, quizá estudiante de artes o de audiovisual, la cuestión es que estaba sentado en el mismo lugar donde solíamos sentarnos, pero bueno, quien era yo para juzgarlo si también iba acompañada.
Creo que en ese momento, mis intenciones de describir el bar fueron disminuyendo, sólo quería saber por qué estaba allí si el bar era uno de mis sitios preferidos. En fin la noche continúo y pues mi cara reflejaba una angustia total, era tan evidente que mi amigo se dio cuenta y pues tuve que contarle toda la historia, el simplemente se rió y me dijo uno no te puede dejar sola 15 días porque te empiezan a echar los perros lo tipos mas peyes que juegan en equipitos de rugby de quinta.
Sin embargo, procure seguir con mi objetivo, describir el bar, detallármelo muy pero muy bien, pero sencillamente no podía, una cosa era querer y otra era poder. La cuestión era que parecía que el que ponía la música supiera lo que estaba sucediendo en mi vida en ese preciso instante, pues empezó a poner la música de Oasis, Weezer, The Killers, Wheatus, Radiosónica, U2, 311, Soda Stereo y pues obvio no podía faltar la canción de nosotros dos “Love Song”, creo que esa fue la gota que hizo derramar el agua, porque decidí salir casi que huyendo de ese lugar, sólo quería irme y pues no me importaba la descripción, si me quedaba era como ser masoquista.
La cuestión es que dejé a un lado la descripción del bar y de ello sólo quedó esta historia.
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1 comentario:

  1. Excelente, y estoy de acuerdo con lo de tu amigo: "uno no te puede dejar sola 15 días porque te empiezan a echar los perros lo tipos mas peyes que juegan en equipitos de rugby de quinta."

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