MI PRIMERA VEZ.....(32)
Al recibir la idea de un texto con este contenido, lo primero que viene a mi mente es clarificar el termino de “primera”, pues me queda la inquietud de dónde cabe semejante maniobra lingüística; para ello el pequeño Larousse me dice, entre muchas opciones, una que fue altamente atrayente a mis ojos: “mejor, más notable” y ello me arroja a una nueva visión de lo que es primero…
Primero que todo, me aclara que lo primero no siempre se refiere al pronombre numeral de 1 (uno), entonces, no hablaré de eso, porque esas historias trilladas de los números 1 (uno) en orden o aparición ya no son tan interesantes, pues están pasadas de moda o tan antiguas en la memoria, que se sumaron al cajón del olvido o por lo menos al cajón del “no lo recuerdo bien” como aquella primera vez que fuiste al baño o que diste unos pasos sin sostenerte de nada.
Segundo, tampoco hablaré de la primera vez como la condición aquella que a la mayoría de los adultos en la edad mediana se les ocurre plantear. Si señores, no voy a hablar de sexo ni de besos ni de esas cosas a las que están tan acostumbrados, abordemos temas que puedan ser leídos en alguna medida, pues esos no ameritan lectura, ni antes ni durante ni mucho menos después y a quien se le ocurra leer en esas circunstancias, permítase evaluar si “su primera vez” realmente valió la pena.
Tercero, otra de las formas de primero que es indispensable o urgente, tampoco la voy a abordar, pues ninguno de nosotros tiene afán en la lectura. Y luego de haber pasado por el famoso primero numeral ordinal que he venido utilizando, como bien me lo enseñaron en la escuela, retomaré lo que me motivo a escribir sobre este asunto: lo primero entendido como lo mejor, lo más notable.
Si primero es lo mejor y lo mas notable, siempre irá de la mano con la memoria; una memoria en la que asignamos categorías a nuestras escenas cotidianas, y la memoria a corto plazo tiende a ser la más efectiva, sea a unas horas o a unos meses –por lo menos para mi—, así es que, de manera invariable lo que más recordemos será lo mejor y lo más notable para nuestra historia, no importa que antes se hayan acumulado muchas primeras veces (urgentes, nominales o sexuales).
El dato que ha de arrojar este vacuo texto, es pues, que mi primera vez en realidad fue la última.
Al recibir la idea de un texto con este contenido, lo primero que viene a mi mente es clarificar el termino de “primera”, pues me queda la inquietud de dónde cabe semejante maniobra lingüística; para ello el pequeño Larousse me dice, entre muchas opciones, una que fue altamente atrayente a mis ojos: “mejor, más notable” y ello me arroja a una nueva visión de lo que es primero…
Primero que todo, me aclara que lo primero no siempre se refiere al pronombre numeral de 1 (uno), entonces, no hablaré de eso, porque esas historias trilladas de los números 1 (uno) en orden o aparición ya no son tan interesantes, pues están pasadas de moda o tan antiguas en la memoria, que se sumaron al cajón del olvido o por lo menos al cajón del “no lo recuerdo bien” como aquella primera vez que fuiste al baño o que diste unos pasos sin sostenerte de nada.
Segundo, tampoco hablaré de la primera vez como la condición aquella que a la mayoría de los adultos en la edad mediana se les ocurre plantear. Si señores, no voy a hablar de sexo ni de besos ni de esas cosas a las que están tan acostumbrados, abordemos temas que puedan ser leídos en alguna medida, pues esos no ameritan lectura, ni antes ni durante ni mucho menos después y a quien se le ocurra leer en esas circunstancias, permítase evaluar si “su primera vez” realmente valió la pena.
Tercero, otra de las formas de primero que es indispensable o urgente, tampoco la voy a abordar, pues ninguno de nosotros tiene afán en la lectura. Y luego de haber pasado por el famoso primero numeral ordinal que he venido utilizando, como bien me lo enseñaron en la escuela, retomaré lo que me motivo a escribir sobre este asunto: lo primero entendido como lo mejor, lo más notable.
Si primero es lo mejor y lo mas notable, siempre irá de la mano con la memoria; una memoria en la que asignamos categorías a nuestras escenas cotidianas, y la memoria a corto plazo tiende a ser la más efectiva, sea a unas horas o a unos meses –por lo menos para mi—, así es que, de manera invariable lo que más recordemos será lo mejor y lo más notable para nuestra historia, no importa que antes se hayan acumulado muchas primeras veces (urgentes, nominales o sexuales).
El dato que ha de arrojar este vacuo texto, es pues, que mi primera vez en realidad fue la última.
genial, esa es la intención cuando a uno lo ponen ante una encrucijada, buscar salidas distintas y no dejarse ahogar por unas palabritas.
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