Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

sábado, 26 de febrero de 2011

MI PRIMERA VEZ (3)

¡Tiene que ser! Gritaban todos y pensaba mi mente, mi cuerpo se coordinaba para hacerlo realidad, pero el agotamiento que tenía debilitaba esa posibilidad. Eran los 5 minutos más agónicos de mi vida, o era mío o no lo era… Solo cruzaban por mi mente miles de opciones para lograrlo, pero cuando estaba en mi poder, se disipaban mis ideas y solo tenía que actuar, improvisar y crear una estrategia precisa para mi objetivo.

¡3 minutos!, gritaron de afuera… y como iban las cosas, era más de otros que nuestro, que mío. Hasta que intentamos con nuestras últimas fuerzas, pero con nuestro mayor deseo, y logramos estar a un paso de él; de inmediato una sombra negra arrebata esta posibilidad, derrumbando el sueño, y derrumbando mi cuerpo… Un dolor opaca mis sentidos, pero mis ganas de seguir impiden que salga, sólo me dicen: ¡Checho cóbralo vos! Lastimado y con poco equilibrio estoy en un duelo, como en el oeste, face to face, sin palabras, pero con un ambiente cargado de energías en pro y en contra. Acercándome miro fijamente los ojos del rival, asustado, pero no tan perplejo como yo, con 11 años frente a uno de más o menos 14, más alto, pero no más astuto, y por esto sonreí irónicamente mientras veía como el portero volaba hacia el otro lado, pero también como el balón se estrellaba en el palo y se ahogaba mi esperanza, se derrumbaba el cielo que estaba alcanzando y sentía que se desgarraba no solo mi ilusión sino la de mis compañeros, que al igual que yo, éramos unos niños agradando una pasión sin sentido, pero con muchos razones para jugar, el fútbol… así fue la primera vez que voté un penalti…

Pero el juego continuo, quedaban los dos minutos de reposición… y yo cabizbajo, mirando a mis compañeros con desespero, quebrantados por ese cobro, pensaba que no me volverían a pasar el balón por esos 120 segundos, y decidí correr hasta que no diera más; era inútil, parecía jugando mosquita, no alcanzaba el balón, hasta que pasó lo único que podía pasar para tenerlo, un error contrario, provocado por la presión de 9 niños detrás de un balón. Me queda a mí casi en la mitad de la cancha. Qué situación tan difícil, veía los delanteros, 2 defensas, todos delante de mí pidiendo un pase, pero yo no sabía qué hacer, solo corría y miraba el arco, hasta que un rival decidido a matarme, literalmente, se tiró contra mi… y lo púnico que pude hacer fue amagar hacia un lado, con lo que evite su contacto y que me arrebataran el balón… Ya solo escuchaba gritos, murmullos, pero no entendía nada, supe que tenía que ser yo el que lo hiciera, por esto no miraba sino el arco. Con el gran impulso que iba, remate a puerta sin consideración solo esperaba que el balón hiciera la trayectoria que yo quería… Si, el portero no lo podía alcanzar estaba afuera, apenas veía como el balón pasaba por encima suyo, y se ralentizo el tiempo, el silencio marcaba este pasaje, todas las miradas se centraron en el esférico, cuando aparece el palo nuevamente, (yo quería morir), pero corrí con la suerte que luego de golpeará el palo superior, el balón entrara en pica barra, y sentí alivio, me tiré al suelo, y solo escuchaba en eco el Gol… La alegría rodeaba mi ser, no me sentía cansado, sólo en silencio espere el final del partido para decir, es la primera vez que soy campeón.

Por Número 3

1 comentario: