Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

sábado, 26 de febrero de 2011

Mi primera vez…

…sentí que de pronto tenia la capacidad para decir lo que mi mente produjera sin ninguna clase de filtro que reprimiera, ante el que dirán, cualquier acción o palabra, en medio del exagerado acaloramiento y la ligera sensación de flotar me sumergí en mi sentir y empecé a observar lo que se encontraba a mi alrededor, percibiendo cada olor, cada color, cada corta ráfaga de viento que pasaba por mi cuerpo calmando momentáneamente mi sofoque.

Logré levantarme del sofá donde por una hora había estado sentada contemplando el paisaje. Alcance un pedazo de pan que saboreé como nunca antes lo había hecho, sentí cada sabor deshacerse en mi boca y como estos zaceaban mi apetito, sentí un leve mareo que me recordó lo vulnerable que me encontraba en esos momentos ante cualquier situación que requiriera rapidez o reflejos de mi parte, me encontraba totalmente inerte y sin ninguna voluntad de cambiar mi estado.

De repente mientras observaba un frutero entró sorpresivamente una hoja por debajo de la puerta, sentí de inmediato unas enormes ganas de reír que luego se convirtieron en carcajadas desenfrenadas que contagiaron a mis amigos, no pudimos parar de hacerlo por lo menos los quince minutos siguientes (si mi percepción del tiempo no estaba alterada como todo lo demás) después, cuando por fin, alentada por el un fuerte dolor abdominal provocado por la risa, pude parar me encontré atrapada por un sueño profundo que duro hasta el día siguiente cuando con una molesta sensación de sequedad en la boca desperté dispuesta a archivar todo lo sucedido en el álbum de las locuras de mi vida. #50

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