Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

jueves, 17 de febrero de 2011

Mi Primera Vez Fue... (18)

...Todavía tenía energía suficiente para seguir un rato más pero sentía que mi boca pronto explotaría, los músculos se empezaban a poner tensos pero yo seguía disfrutándolo, era algo nuevo para mí, pero no dejaba de ser excitante para los dos y hasta atrayente para aquellos curiosos quienes podían vernos a altas horas de la noche.

Yo no lo miraba, no le hablaba ni él a mí, no había lugar para palabras en ese momento, lo único que se me pasaba por la mente era un gran temor por no complacerlo como él deseaba pero aún así seguía disfrutándolo, cada vez más y más; en un momento me empecé a sentir algo cansada y me alejé un poco, él atemorizado decidió romper el hielo y preguntarme ¿Te gusta?, ¡dime que te gusta!, ¿Qué pasa?, yo simplemente levanté la cara, lo miré a los ojos, esos ojos llenos de angustia y decepción de sí mismo, solo le sonreí y volví a lo mío. El piso y la pared estaban muy fríos, la noche era helada, la neblina nos rodeaba por completo y las goticas del rocío nos caían cada que nos movíamos fuertemente pero nuestros cuerpos estaban lo suficientemente calientes como para no sentir frio, nuestras mentes estaban completamente sumergidas en un mundo donde su fantasía y la mía se hacían realidad, donde sólo nos complacíamos el uno al otro, nuestros cuerpos hablaban por nosotros, nuestros oídos no necesitaban escuchar nada más que uno que otro grillo que nos observaba detrás de las hojas.

Mis músculos cada vez estaban más cansados, el reloj seguía moviéndose, él no quería irse ni yo quería que él se fuera; como su expresión y la mía ya se notaban satisfechas decidimos unir nuevamente nuestros cuerpos pero esta vez sin que ningún movimiento interrumpiera nuestro contacto corporal, nuestras bocas seguían sin emitir ni una sola palabra, no queríamos separarnos ni abandonar el lugar, sentíamos que solo con mirarnos era suficiente y por algún extraño motivo sólo podía verlo a él, todo a su alrededor me era indiferente y hasta lo notaba borroso, solo quería que sus ojos y los míos no se separaran, era un momento perfecto, no necesitábamos nada más.

Llevábamos varios minutos así y de pronto comenzó a empujarme un poco la cabeza con su mano derecha, con la mirada lo decía todo, quería más, era obvio que tanta inexperiencia de mi parte no iba a ser suficiente para complacer sus deseos pero yo ya estaba cansada, solo quería seguir mirándolo sin realizar ningún tipo de movimiento que no fuera el de mis ojos, luego empezó a empujarme la cabeza con más fuerza, cada vez era más brusco su movimiento, yo empecé a sentirme extraña, no quería que él me presionara, su mirada cambió repentinamente, sus gestos ya no se notaban tan a gusto, de un momento a otro se puso de pie, tomó sus cosas, dejándome completamente sola en ese oscuro y frio lugar y sin decir ni una sola palabra, se fue…

2 comentarios:

  1. excelente, que historia me gustaría verla en imagen, te parece??

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  2. cómo asi profe, representarla en una foto? el miércoles me explicas bien.
    Gracias!

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