Y cada vez que el narrador intentaba, seca ya la fuente de su inspiración dejar la narración para el día siguiente, y decía: "El resto para la próxima vez", las tres, al tiempo, decían: "¡Ya es la próxima vez!"

Alicia en el país de la maravillas. Lewis Carroll

miércoles, 16 de febrero de 2011

MI PRIMER BOTE

Mi primera vez fue cuando tenía 16 años, fue una decisión difícil, ya que tenía que encontrarme con todos mis miedos e incertidumbres, tenía que enfrentarlos, resolverlos para poder decir, ya lo hice.
Muchas veces lo consulte con una amiga experta en el tema, ella me explicaba cómo debía estar vestida, qué precauciones y recomendaciones debía tener en cuenta para que nada lo estropeara, qué persona era ideal para emprender el vuelo del éxtasis y desenfrene, qué lugares existían y en dónde se podía hacer; en fin, tantas cosas que eran tan sencillas pero tan elementales, que por eso todos los días que miraba hacia el horizonte pensaba, cuál día será el indicado, ¿Será que seré capaz de tomar ese decisión?
Pensaba en todo, ropa corta o larga, o será que mejor me visto como siempre; me comporto como una fiera o más bien como una oveja, no sé. De qué forma lo hago acostada o sentada, ¿Cómo será mejor? Será que llevo unas esposas para controlarme o será que mejor dejo que fluya mi ser, mi libertad de gritar, de callar, de disfrutar, de tener el placer de… humm mejor no sigo con los comentarios. Pienso tanto que me mata imaginar dejarlo de hacer.
Por eso en una tarde de Abril, en donde el viento soplaba con toda su fuerza, no habían sonidos que interrumpiera ese momento, todo estaba listo, llegaba la hora final, mejor dicho el acto en su máxima expresión; miraba hacia alrededor y el chico que llevaba las riendas del encuentro me llamaba para comenzar el vuelo. Todos mis miedos comienzan a elevar el nivel de mi adrenalina, suben y suben, no pienso, solo escucho a lo lejos al chico decir siéntate todo estará bien déjalo todo en mis manos.
Un silencio invade mi ser y luego pummm… nos botamos al vacio y comienza a moverse el parapente de un lado al otro, yo solo grito, me desahogo del desespero que le tengo a las alturas; luego de unos segundos creo tranquilizarme, pero mi cuerpo esta tan paniquiado que todo me tiembla; el viento helado, frio congela mis expresiones faciales, el chico que maneja el planeador me habla, me tranquiliza, la verdad no comprendo ni razono lo que me dice, solo sé que a lo ultimo me grita DISFRUTALO, VOLAR ES UNA CHIMBA.
Ese día, exactamente el 18 de Abril de 2006 disfrute de los mejores 20 minutos de mi vida, con una excelente vista de Medellín, el rio, el Cerro el Quitasol, la Represa la García, El Cerro el Picacho y las más bellas montañas desde las alturas. Fue una experiencia extrema e inolvidable.

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