Luego de una semana tan agitada, quería hacer algo que no fuera llegar a mi casa a dormir como casi todos los viernes; así que salí de mi última clase, me encontré con una amiga y le dije que nos fuéramos a tomar algo, ya que a pesar del sueño y cansancio que tenía, no quería irme a la casa.
Llegamos al mismo bar, aún era temprano y estaba prácticamente vacío, solo vimos dos viejas y un man, organizando ese rincón, el mismo rincón en el que misteriosamente siempre celebran los cumpleaños; sin darle mucha importancia a eso, nos sentamos en un sofá el cual daba a todo el frente de la entrada del lugar, el mismo sofá en el cual me siento cada vez que voy.
Dirigí mi mirada hacia la barra, y veo que apenas están terminando de organizar todo, solo logro ver 2 mesas y el barman organizando todo en la barra. Apareció el mesero y nos pregunta que vamos a tomar, miro su cara y es Pipe, si Pipe, el de la U, el que siempre me atiende, y me pregunta: ¿dos redd´s?... mi amiga dice que sí, pero no, yo no quiero hoy, quiero algo más fuerte, así que le pido un tequila preparado.
Mientras esperamos que llegue el pedido, subo a donde está el baño, noto que ya tienen todo organizado y dispuesto para cuando llegue toda la gente, 10, quizás 12 mesas, 4 sillas en la barra, el pc programado con la música, un plasma con videos y sonando un vallenato, vaya que sorpresa, no me extraña para nada.
Cuando salgo del baño, veo dos parejas en las mesas del balcón, y a Pipe sirviendo nuestra mesa, ummm, tequila con hielo, que delicia, apenas para este cansancio, pienso!!!
Eran las 9:00 pm y ya había 4 mesas solo con mujeres, y otras 5 ocupadas por parejas, voy en mi tercer tequila y mi amiga apenas terminando la segunda cerveza de la noche; sigue entrando gente, grupos de mujeres y hombres solos, parejas, unos entran suben las 10 escalas que hay y salen al instante, otros se quedan esperando que llegue a su mesa “la cajita azul”.
Son aproximadamente las 10:30 pm, voy ya en por el quinto tequila, y siento que ya el cansancio que deseaba alejar de mí, por el contrario me ha poseído; ya el sitio está a reventar, pero del cumpleaños aquel, jum, nada, solo los 3 organizadores y un par de amigos más, a nuestro lado una pareja y arriba, si, arriba no cabe un alma, solo se ve gente bailando, cantando, gritando, botellas y copas se escuchan al brindar, los meseros ya no dan abasto y en nuestra mente solo hay una duda, “¿Qué pasa con Jaime y Andrés que no llegan, quedaron de estar acá a las 10 y nada que aparecen, será que les paso algo? Justo en ese momento entran, menos mal, ya iba a ir a llamarlo.
Un abrazo, un beso, y la típica pregunta ¿Por qué se demoraron tanto? Nos explican que se habían pinchado, pero nada de gravedad, por lo menos ya están aquí, para llevarnos a nuestras casas.
N° 28 - Lau Vásquez
Buen texto, tiene ritmo y hace que queramos saber que pasa,... Jaime y Andrés son los choferes???
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